Después de este pago, la deuda pendiente de ING con Holanda asciende a 2.250 millones de euros, una cantidad que la entidad deberá saldar para mediados de 2015, según el plan de reestructuración pactado con la Comisión Europea (CE) en noviembre de 2012.
Además, el grupo anunció que completará el proceso de cesión de sus actividades de seguros -condición acordada con la CE para la recepción de las ayuda públicas- en 2016, dos años antes de lo inicialmente previsto.
En particular, ING se ha comprometido con Bruselas a adelantar a 2016 la desinversión de su rama de seguros en Europa como contrapartida por integrar en este proceso a su filial en Japón, cuya cesión no podrá completarse a finales de año como estaba inicialmente previsto, según ha explicado la Comisión.
El Ejecutivo comunitario, por su parte, dio hoy su visto bueno a dicha modificación del plan de reestructuración al considerar que "está en línea con las reglas de ayudas estatales" de la UE, según informó en un comunicado.
El tramo abonado hoy eleva la cantidad devuelta al Estado holandés a 11.300 millones de euros, incluidos 8.500 millones de euros en capital y 2.800 millones en intereses y primas.
ING recibió una asistencia financiera de 10.000 millones de euros para hacer frente al impacto de la crisis económica internacional, aunque debe reembolsar al Estado holandés en torno a 13.600 millones debido a las primas y los intereses, explicó recientemente a Efe el portavoz del grupo, Frans Middendorff.
La cantidad restante será abonada en otros dos tramos de 1.125 millones en marzo de 2014 y el último, para mayo de 2015.
Los resultados de ING durante el tercer trimestre del año reflejan un beneficio neto de 101 millones, lo que supone una bajada del 84,7 % con respecto al mismo período del año precedente.
Este descenso se debió a costes no recurrentes relacionados principalmente con la venta de su rama de seguros en Corea del Sur, en el marco del antes citado proceso de reestructuración, según explicó la entidad.
No obstante, las ganancias acumuladas durante los nueve primeros meses del año ascendieron a 2.693 millones de euros, un 0,6 % más que en el mismo período de 2012.
El resultado subyacente antes de impuestos del grupo fue de 3.884 millones de euros entre enero y septiembre, un 22,4 % más que en los tres primeros trimestres de 2012.
De esta cantidad, 3.272 millones correspondieron a las actividades bancarias (un 4,5 % más que en el mismo período del año precedente), mientras que 402 millones fueron de los servicios de seguros en Asia (tras las pérdidas de 143 millones en 2012) y otros 60 millones (un 43 % más) de los mismos servicios en el resto del mundo.
El resultado neto subyacente ascendió a 2.837 millones, un 23,9 % más que entre enero y septiembre del año pasado.
Sólo entre julio y septiembre, el resultado subyacente antes de impuestos fue de 1.219 millones entre julio y septiembre, un 8,3 % más que el año pasado, mientras que el resultado neto subyacente ascendió a 891 millones, un 5,6 % más.
El director ejecutivo de ING, Ralph Hamers, valoró positivamente estos resultados, que a su juicio muestran el "fuerte progreso" de la entidad en su proceso de "reestructuración y transformación", según señaló en un comunicado.
La separación de las actividades bancarias y las de seguros de ING forma parte de este proceso, una medida propuesta por ING y aceptada por el Ejecutivo comunitario como condición para limitar el impacto de las ayudas estatales.
En esta línea, el grupo está actualmente estudiando la venta de su filial de seguros de vida en Japón, operación con la que prevé acelerar el proceso de cesión de sus actividades no bancarias en Asia, que ya está "casi completo", según dijo el responsable de la entidad.
"Bajo un nuevo acuerdo con la Comisión Europea, la reestructuración total del grupo ING se completará para finales de 2016, dos años antes de lo inicialmente previsto", anunció Hamers.
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