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Soraya Saenz de SantaMaría. Fuente: Moncloa |
Mundotrading. 26 Junio.- El Gobierno siguiendo las recomendaciones de
Bruselas, ha
aprobado recientemente la creación de un “superorganismo” regulador: la
Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC) que integrará en una
sola, las ocho entidades supervisoras
que existían actualmente y entre las que se encuentran entre otras la
Comisión Nacional de la Energía (CNE), la Comisión Nacional de la Competencia
(CNC) y la de Telecomunicaciones (CMT). Eso sí, se “salvan” por ahora los entes financieros como la CNMV.
La vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría ha defendido esta medida, como un paso
obligado para aumentar la independencia y profesionalidad de estos organismos,
disminuir duplicidades y evitar informes contradictorios entre las diferentes
instituciones. Se espera que en cuatro
meses ya esté funcionando este nuevo órgano, que mantendrá el mismo sistema de
investigación y actuación que rige en la actualidad.
Según los informes técnicos que se han
elaborado con antelación, esta reforma
supondrá un ahorro de 28 millones de euros, lo que podría incidir
directamente en la reducción de las tasas que abonan los operadores del
mercado. Otra consecuencia de esta decisión, será la reducción del número de
consejeros, que al formarse una única comisión, pasan de 50 a 10. Estos serán
elegidos por el Parlamento a propuesta del Ministro de Economía y tendrán un
mandato de seis años.
La
puesta en marcha de la CNMC ha provocado un profundo malestar en algunos
organismos como la CNE y la CMT, que han valorado el
anteproyecto como “chapucero” y ven la pérdida de competencias como un riesgo
muy elevado que puede conllevar la pérdida de eficacia en el desempeño de sus
funciones. Además, después de haber recaudado el año pasado 250 millones de
euros por sanciones, surgen muchas dudas
que se pueda mantener “el mismo nivel recaudatorio”.
Por otro lado, tanto las eléctricas como las petroleras han mostrado su descontento
por lo que consideran un paso atrás, con un marcado carácter intervencionista,
ya que a partir de ahora van a depender mucho más de la Secretaría de Estado de
Energía, quién asume todos los poderes para hacer y deshacer según estime
conveniente.
Otro de los puntos más “calientes” es la competencia en la autorización para
entrar a formar parte del accionariado tanto en el sector petrolero, eléctrico como
de gas natural, así como el control del almacenamiento de productos derivados
del petróleo y el transporte a través de los oleoductos, que pasan a manos del
nuevo “superregulador”, con lo que se
consigue uno de los objetivos del Gobierno de Mariano Rajoy: asegurar el
suministro energético y proteger los intereses españoles en sectores
estratégicos.
Gonher para Mundotrading.
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